Si bien escoger una especialización
en traducción es un tema complicado, por suerte la universidad nos brinda la
oportunidad de tener un pequeño acercamiento a algunas de ellas, a través de
las asignaturas optativas y los itinerarios.
En mi caso, escogí el itinerario
de traducción especializada, que incluía traducción jurídica, administrativa y
comercial por un lado y traducción científico-técnica por el otro.
Aunque los primeros días de clase
todo me sonaba a chino y sentía que me estaba moviendo por un terreno que no
dominaba ni mucho menos, tuve la suerte de que el programa de mi universidad
para las asignaturas de traducción jurídica era bastante completo: los
profesores no se limitaron a hacer una simple introducción a la materia, sino
que realmente nos «metimos en harina» y trabajamos al detalle con bastantes
textos distintos, repasamos las peculiaridades del lenguaje jurídico,
elaboramos glosarios e incluso tuvimos una pequeña parte teórica de derecho.
Por eso quería aprovechar los conocimientos adquiridos y redactar una pequeña «guía de iniciación» para aquellos que, como yo, cuando se enfrenten a su primer contacto con la traducción jurídica, no se sientan tan perdidos. ¡Allá vamos!
En primer lugar, ¿qué tipo de documentos podemos encontrarnos? Voy a enumerar algunos documentos enmarcados dentro del campo jurídico-administrativo:
- Contratos
- De arrendamiento, de representación comercial (contratar a un tercero)…
- Estatutos (sociales, etc.)
- ¡¿Esto qué es lo qué es?! Pues básicamente, una serie de cláusulas que se redactan cuando se está creando una sociedad (una empresa) y que delimitan el objetivo de su actividad comercial, los derechos de los socios, etc.
- Actas
- Actas de constitución (documento oficial de creación de una empresa que lleva adjuntos los estatutos sociales).
- Actas de asambleas (orden del día, fecha, etc.)
- Sentencias
- Demandas
- Testamentos
- Etc.
Respecto al proceso de aprendizaje, he de decir que en este caso hay que tener paciencia: no es fácil familiarizarse con el lenguaje jurídico de dos o más idiomas y con el sector en general, pero documentándonos correctamente, siendo curiosos y aprendiendo a seleccionar los términos adecuados, poco a poco sabremos movernos con más soltura en este campo.
Por último, no quería terminar este artículo sin tratar un tema esencial cuando traducimos textos jurídicos: ¿adaptación o no adaptación?
El problema de traducir textos jurídicos es que estamos hablando de dos realidades totalmente diferentes: el sistema jurídico es diferente en cada país, como lo es el formato de los documentos (un contrato de arrendamiento no es igual en inglés y en español). Por este motivo, aquí es clave conocer el objetivo de nuestra traducción. En muchos casos, los clientes piden la traducción de un documento jurídico para su propia información, para entenderlo, y en este caso debemos ceñirnos al original en estructura y formato y traducir fielmente.
La adaptación es menos común, porque cuando se busca una traducción con fines oficiales se está hablando de traducción jurada, y esa es otra cuestión. En el caso de querer utilizar una traducción en el ámbito público sí que hay que adaptarla y jurarla, por supuesto.
¡Y nada más! Espero que os resulte útil. Nos leemos en la próxima.
Virginia.
Enlaces
- ES/multilingüe
Libro de estilo interinstitucional de la UE (en varios idiomas, gratuito, descargable en PDF o impreso, te lo mandan a casa)
http://publications.europa.eu/code/es/es-000100.htm
IATE
http://iate.europa.eu/SearchByQueryLoad.do?method=load
Comisión Europea, Problemas y dudas de traducción
http://ec.europa.eu/translation/spanish/guidelines/documents/styleguide_spanish_dgt_problems_es.pdf
Enciclopedia jurídica
http://www.enciclopedia-juridica.biz14.com/
Reverso Context
http://context.reverso.net/traduccion/
-EN