lunes, 20 de mayo de 2013

LA MOTIVACIÓN.

Diario de abordo: ¡Me cambio de carrera! (Signo de exclamación). Es la frase del día cuando empiezas a comentarlo con tu familia, que se sorprende tanto como tú misma y tiene los mismos miedos que tú antes de tomar esa decisión que tanto te ha costado. ¿Merecerá la pena? ¡Pero si ya llevabas tres años! Sí, pero... la motivación, faltaba la motivación, y ahora la he encontrado. Os doy las gracias por darme la oportunidad de hacer ese curso de traducción audiovisual que tanto me ha aportado; desde conocimientos de todo tipo, hasta el empujón que necesitaba desde hace tanto tiempo. Siento tener que dejar de lado a Dickens y Brecht, cuando por fin empezaba a llevarme bien con ellos, y hasta incluso a disfrutar de sus palabras, pero es que era leerlos... ¡y yo sólo pensaba en traducir lo que tenía ante mis ojos! y así fue cómo...               La tradusidad mató al gato.
Durante los últimos meses, he tenido la oportunidad de asomarme a este mundo. Digo asomarme porque fue una de esas cosas que todos hacemos de vez en cuando, en un ataque de ''voy a probar a ver si...'' ¡y resultó que ''vaya que si...''! Desde mi primera práctica de traducción de apenas cinco minutos de una serie, hasta la que fue mi primera colaboración en un proyecto de subtitulado, no dejaba de apasionarme más y más por lo que estaba haciendo. Y poco a poco fui asomándome más y más, utilizando twitter, que me ha abierto muchas ventanas donde seguir asomándome más todavía: blogs, páginas, traductores entusiasmados... todo contribuía a acrecentar mis ganas.
No puedo evitar sentirme como si estuviera abandonando algo, pero sé que lo que está por llegar es mucho mejor. En mi opinión, el mundo de los idiomas es complicado, a la hora de estudiar. Filología y traducción tienen esa tensa relación de amor-odio entre ellas, tentando la una a la otra a sus componentes, y es que, ¿cuántos filólogos en potencia han sucumbido a la llamada de la traducción? Por lo que leo cuando me asomo al mundo, ¡no soy la única ni mucho menos! Y es que, si bien las carreras de este tipo a veces son desprestigiadas de puertas hacia afuera, bien es cierto que los que estamos dentro sabemos algo:                           La traducción es vocacional. Lo he leído, oído,y lo más importante: sabido un millón de veces. El traductor es un ser que se siente profundamente agradecido por ser lo que es, y, por lo que la poca experiencia que llevo acumulada hasta ahora y la gente del gremio que he conocido me ha enseñado, el traductor nace (y se pule) pero no se hace. Se tiene la pasión, ese 'algo', y, sobre todo, la curiosidad.   Pensando en ello, e intentando recordar esos rasgos de mí que apuntaban a la traducción, recordé el momento en el que descubrí que quería dedicarme a ello (aunque en aquel momento solamente supiera que quería que fuera algo referente a los idiomas y la escritura, sin tenerlo todo tan claro), y fue cuando algunas personas de mi círculo más cercano pronunciaron la frase ''siempre encuentras la palabra perfecta para cada ocasión''. Se me quedó muy marcado, porque fueron personas diferentes en momentos diferentes, y me sigue pasando (este año dos veces :D), y me llena de orgullo, porque las palabras son una parte muy importante de mi vida; las cuido mucho, y me llegan mucho, para bien o para mal. 
Por último, y para terminar esta interminable y casi bíblica primera entrada, diré en mi defensa que es mi primera vez escribiendo en un blog. Solía escribir poesía en una página, pero esto es nuevo para mí. Por eso todavía tengo que descubrir en qué punto entre un ''diario personal de experiencias relacionadas con la traducción'' y otro ''menos personal, pero individual y de experiencias profesionales y opiniones y datos interesantes'' quiero que esté mi sitio en el mundo virtual, en el que espero sentirme muy cómoda, y convertirme en asidua. Creo que lo de escribir va en serio, porque es la primera vez en tres años que siento la necesidad de levantarme de la cama de madrugada porque tengo algo que escribir, y me encanta.  

Virginia.